Por fin, no veía el momento de ver de nuevo a las chicas de la tele, que en lugar de cumplir años los descumplen a base de no comer tantas cosas que a mi me gusta cocinar (y quizás un poquito de bisturí).
Pero no vamos a meternos en ese jardín, lo importante es que empieza un año nuevo y que a pesar de todas las terribles predicciones, espero sea mejor para todos. Sobre todo en salud, que es lo único que no se valora hasta que te da un toque de atención.
De nuevo he sido inconstante con este pobre blog, que lo tengo abandonadito, así que os voy a hacer unas cuantas entradas seguidas, espero no quedarme luego de nuevo rezagada y tener que recuperar de golpe.
Esto es como los libritos de verano del colegio. Empezaba Julio y tenías que hacer una carilla al día. A principios de Agosto, que no habías tocado el libro, tocaba hacer una página completa al día Pasaba la primera quincena y ya era más serio, dos páginas día. Y al final, del 1 al 14 de Septiembre, hacía lo que podía, paginas y ejercicios alternos, las primeras y las últimas páginas, y a rezar para que la profe lo mirara en diagonal y no descubriera nada...
La única diferencia es que eso era odioso y esto me encanta, aunque no puedo dedicarme a ello como quisiera...
Alguna vez ya os he mencionado mi pasión por sentarme en torno a una mesa, con gente conocida o que acabo de conocer, con una balanza a la vista, montones de ingredientes y un horno a nuestras espaldas.
A veces soy yo la que hago algo para que las demás apunten notas, y a veces la que se sienta a ver como le enseñan a hacer algo nuevo.
Es fantástica, la sensación de que el mundo por un rato, deja de existir al otro lado de la puerta... Mi santo marido comprende que para mi es la misma válvula para desconectar que para el el fútbol así que en esos momentos se hace cargo encantado de lo que toque, niñas, paseos, comidas... e incluso salir pitando al hiper más cercano para comprar un ingrediente que se me ha despistado.
Además tengo buena disposición para disfrutar, porque cada una tenemos la cabeza para lo que nos gusta, y a mi no me suele hacer falta el recetario para explicar como se hace un plato, ni una libreta para tomar anotaciones... Así que me siento, y escucho o hablo, pero en ambos casos lo disfruto a tope.
Así que después de este aperitivo, lo dicho, en pequeñas entradas os cuento lo último que he ido haciendo...
¡Espero que os guste!
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